El cortometraje de ficción Desahogo es un análisis sobre la madurez masculina. Pretende ser una exposición y una invitación a la reflexión sobre la crisis de la mediana edad entre los hombres. A través de una ficción agresiva y extravagante, aspira a erigirse como una metáfora audiovisual del conflicto interior que muchos varones sufren al llegar al supuesto ecuador de sus vidas y que se manifiesta en una complicada y nada agradable elección entre optar por una cerrazón masculina, generalmente asociada a los desengaños previos de juventud y erigida en torno a un ego protector que termina por generar una tendencia al “hurañismo”, o una infantilización, procurada a través de un absurdo intento por recuperar una irrecuperable inocencia perdida que termina por desembocar de forma necesaria en el desengaño.