Desde el día 26 de Noviembre pasado en las tiendas especializadas ya no se pueden comprar productos fitosanitarios si el comprador no muestra la acreditación correspondiente de aplicador de productos fitosanitarios y su DNI.
La administración ha comenzado a realizar inspecciones para vigilar, la compra de productos fitosanitarios, y velar así por el cumplimiento de una ley cargada de polémica y en algunos casos de desconocimiento. Las sanciones por su incumplimiento son serias dado que la más baja es de unos trescientos euros.
El cambio que ha provocado la entrada en vigor de la ley que regula la manipulación y aplicación de productos fitosanitarios está llevando de cabeza a empresas, tiendas especializadas y agricultores.
Desde hace varios años organizaciones sociales y ecológicas venían denunciando el peligro que suponía el uso indiscriminado de estos productos fitosanitarios. La información que existía en los envases y las campañas de sensibilización realizadas por la administración y entidades como AEPLA no parecían incidir en un uso responsable sobre estos productos .
Hasta ahora los consumidores realizaban una mala interpretación del concepto “producto de uso profesional” asemejando al mismo a mayor eficacia en el tratamiento de plagas sin incrementar la protección necesaria a realizar en el uso de los mismos .
La cuestión a valorar aquí es diversa pues algunos de estos productos fitosanitarios son catalogados como peligrosos y el desconocimiento de los mismos ha provocado que se usaran sin la diligencia debida.
Este cambio normativo viene a satisfacer la necesidad de diferenciar entre productos de uso doméstico y de uso profesional ¿que entendemos como productos fitosanitarios de uso domestico?
Aunque la legislación deja claro cuando se refiere a uso profesional y de uso doméstico, en la realidad surge la confusión pues ni se refiere estrictamente al uso que realiza en su caso un profesional o un particular ni tampoco existe una línea clara en los lugares de uso de los mismos, Algunos aficionados a la agricultura utilizan aquellos productos de uso profesional para tratar sus huertas, como por ejemplo, para contrarrestar al temido y famoso escarabajo de la patata.
Tenemos pues un escenario complejo ya que existe un amplio desconocimiento y por otro lado es imposible limitar con exactitud que aquellos los llamados “de uso profesional” sean usados exclusivamente por profesionales del sector.
Por ejemplo, los rosales y sus pulgones, o en jardinería casera que con un poco de humedad salga un hongo llamado ovidio. Todas estas prácticas que se realizan en casa , en terrazas o en pequeños jardines que para nada son actividades de tipo profesional necesitan productos fitosanitarios que sí son tipificados en sus envases como de uso profesional.
Los productos de uso doméstico que se pueden y podrán encontrar en grandes superficies y en tiendas no especializadas pueden ser correctores vitamínicos nutritivos o el caso como el azufre que usado a nivel preventivo para el hongo ovidio cuya aplicación es necesaria cada 15 dias, pero que es inofensivo para tratar a este hongo de forma reactiva.
Con el ánimo de regular todo esto la administración española impulsada desde organismos europeos ha regulado el uso de estos productos exigiendo que quien los use tenga unos conocimientos de tipo básico o cualificado dependiendo de la toxicidad de los mismos y de si tiene personas a su cargo no.
Tanto la complejidad de estos productos como la del mundo de las plagas que afectan a la vida de nuestras plantas hace que sus tratamientos se realice de forma integrada, es decir, tener un conocimiento mas o menos extenso sobre qué productos usar y cuando.
Atender a criterios tan fundamentales cómo la franja de toxicidad que hace mención al tiempo que ha de pasar desde que se aplican estos productos a cuando está disponible para servirlos en la mesa sin que en la planta queden trazas que puedan ser nocivas para nuestra salud.
La peligrosidad de estos productos hace que su uso debe de realizarse con los equipos de protección individuales pertinentes para aislar la piel y las diferentes entradas al cuerpo como nariz, ojos y boca. Nada que decir de algunas prácticas realizadas hasta ahora de aplicar estos productos comiendo, fumando y en traje de baño en época estival.
La peligrosidad de estos productos para el medioambiente es alta y por este motivo surge la necesidad de tener unos conocimientos sobre cómo reducir su efecto de cara al contacto con otro tipo de fauna y la protección debida que hemos de tener de no contaminar los conductos del agua ya estén estos en la superficie o de forma subterránea .
Ni el deshacerse de los envases ni su almacenaje son cuestiones baladís pues tanto en las tiendas de comercialización de los mismos como en nuestros hogares y empresas se ha de mantener su debido tratamiento así como en su transporte si queremos evitar males mayores.
Si eres un profesional del sector ya sabrás que tipo de carnet necesitas para realizar tu actividad, acompañamos un gráfico para aclarar este aspecto para quien lo necesite:
En la actualidad existe una oferta limitada de cursos de este tipo a nivel provincial y autonómico existiendo varias empresas que los dan de forma presencial en los distintos municipios y destacando entre ellas a Naturgeis por realizarlo de forma online https://www.naturgeis.com/moodle/#, en colaboración con la Cámara de Comercio de León, facilitando con ello la conciliación laboral con una formación adecuada.
Como entidad homologada cuenta con un campus virtual habilitado en su pagina web https://www.naturgeis.com/fitosanitarios/ y zonas y aulas para la ejecución de las prácticas reglamentadas diligentemente por la Junta de Castilla y León para alcanzar el conocimiento necesario para poder hacer un uso correcto de estos productos.
Articulo escrito por Ricardo Valderrama González y aparecido en la portada del especial del campo de la www.lanuevacronica.com el 4 de febrero de 2016.